martes, 20 de agosto de 2013

De la vida

Esta semana ha sido extraña. No es válido en realidad usar el concepto de extraño pero en verdad no encuentro una palabra que la defina. La vida no es frágil. La vida no es un vidrio de un vitral aunque así lo parezca. La vida es dura si la vemos como un material. Es muy dura. Por eso es que la muerte debe sonar tan difícil. Y por eso es que la muerte suena tan fuerte. Porque es como si ese material que es la vida se rompiera.

Si las vidas fueran jarrones, no se puede explicar realmente por qué se rompen. Hay jarrones muy delicados que resisten al paso del tiempo. Y si son jarrones, nosotros volvemos a ser átomos. Siempre átomos.

La semana pasada la vida de un bebé que no he visto estaba en peligro. Un bebé con respiración artificial. Un bebé con un tamaño menor al esperado, que nació en una situación muy delicada. Ahora la vida de un hombre se ha terminado. Un hombre que no pudo respirar, en una situación tan simple que es casi que ridículo que no esté aquí. Y en resumen dos personas tratando de respirar para salvarse y queriendo salvarse.

Luego uno piensa en los mitos de los sueños y trata de creer que los sueños son augurios. Si fueran augurios deberían ser más puntuales, pero no. No sabemos qué es lo que soñamos, a quién se lo auguramos. Yo no entiendo por qué se muere gente que es feliz. Suena muy estúpido y aún así no entiendo. Personas que no tienen problemas con la vida, que la abrazan y que cumplen sus sueños: empleos, empresas, dinero, trabajo, amor. Dicha. Si le gusta vivir, ¿por qué se les corta la vida? Me resisto a creer que el poder de un sueño sea capaz de algo así. 

No sé qué tanto sabemos de la muerte. La gente deja de existir y ¿en qué queremos creer? ¿que sus "almas" están flotando por ahí entre nosotros? ¿que ya no existen? ¿cómo lidiar con la no existencia de alguien que recordaremos a diario?  

En un hospital sigue el bebé, depronto ya está comiendo. Y va a crecer, a correr, a hacer todas esas cosas que hacen los bebés. Que los papás se rían y se alegren de verlo. Su alma está flotando ahí entre nosotros, y va a dejar de ser un bebé y siempre se hará recordar. Y un día va a ser un hombre. Y sus papás que realmente son personas muy buenas, van a sentir un gran orgullo.

¿Y yo qué hago acá? 








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